I11 DescubriendoGabrielle es sin duda una chica privilegiada, nacida en el seno de una familia de rancio abolengo, al describirla llama la atención su tez blanca casi lechosa, sus ricos y apetitosos labios carnosos. Destaca su vientre plano y no dudaba en lucirlo.
Perdió la virginidad por presión de su círculo social, pero el sexo no le satisfacía, su inicial curiosidad dio paso a una etapa de desinterés. Había hecho buenas amistades en la universidad, al final del cuatrimestre encontró ocasión para escapar de la rutina con sus amigas un fin de semana completo a la playa de Acapulco.
Una vez en el puerto salieron a pasear, agradaba la vista el cuarteto de estudiantes, sin ser la más alta, Gabrielle destacaba por su caminar, con esa gracia y soltura que tienen las mujeres que se saben bellas. Entrada la tarde tras un paseo por la caleta entraron a un Bar de Playa para refrescarse y tomar la cámara para capturar el ocaso, la música y las bebidas fluyeron, y conocieron a unos chicos extranjeros.
La música, la alegría, el clima, la llevaron a tomar de más, no considero su propia capacidad con el alcohol, bailaba con Edward quien noto la embriaguez de la chica y con discreción empezó a rozar su cuerpo, de forma que pudiera ser un roce casual, sobre sus pechos paso una mano en un movimiento acorde al baile, al roce siguieron acercamientos con su pene, que se mostraba endurecido bajo el pantaloncillo, coloco su mano en la breve cintura de Gabrielle… deslizándola hacia sus nalgas, ella lo sintió pero no le importo… siguió con los ojos cerrados dejando que la música y el alcohol le embargaran por completo… la mano masculina subió por su espalda atrayéndola, ella abrió los ojos.
Cuando comprobó que no había ninguna restricción por parte de ella dejo de seguir el ritmo de la música y empezó a moverse con más suavidad, atrajo a la chica hacia él y ella abrió los ojos notando una mano firmemente asentada en sus nalgas por encima de la minifalda en tanto otra sopesaba el tamaño de sus pechos… su mirada se cruzó con la de sus amigas, le observaban con asombro, esto hizo que su entrepierna se humedeciera y los pezones reaccionaron haciendo notoria su excitación al tacto de los dedos sobre su blusa.
El verse ella misma tocada frente todos provoco que se excitara, y se abandonó a esta nueva sensación, de pronto sintió un cálido aliento en su oído derecho, le dijo en español mal pronunciado: "Quiero que entres al baño, y te quites toda tu ropa interior" se repetía mentalmente a sí misma "¡¿quiere que vaya al baño y me quite mi bra y mis panties?!", tratando de comprender el alcance de esa petición, no… de esa orden… Aun dudo un instante, pero así lo hizo y cuando regresó estaba húmeda en su cueva interior, sus pezones se veían con claridad bajo la blusa, se notaban duros y su color resaltaba sutilmente a través de la prenda de algodón, bailaron un rato más, de forma normal pero sintiendo que todos le miraban, Gabrielle se sentía exhibida, deseada y al mismo tiempo intensamente excitada, en ese momento él la invito a su hotel.
No puso objeción alguna, ni siquiera se despidió de sus amigas, él tampoco, arrojo un billete y unas monedas como propina sobre la mesa de madera y salió con la chica hasta un Hotel cercano con el deseo contenido. Ya en su habitación Edward la llevo al balcón donde empezó un magreo intenso, la beso en la boca con pasión y la despojo de las prendas que aún tenía puestas sin miramientos, la blusa clara cayó junto a la minifalda, Gabrielle sintió la brisa marina sobre su desnudez apenas cubierta por un par de sandalias y sus aretes de plata, Ed se quitó la ropa dejándose la camisa tipo Hawái abierta disfrutando la tierna caricia de las manos de la chica, la aparto un poco y observo las aureolas intensamente café de sus pezones, y la beso mientras ella se le echaba encima rodeando el cuerpo del joven con sus piernas… emanaba de ambos un calor más intenso que el clima acapulqueño, por dentro su cueva pequeña, rosita y muy sensible segrego líquidos de placer y en ese momento el chico le penetro con vigor, sin miramientos, tomándola, cogiéndosela mientras ella empezaba a gemir de placer, Gaby volteo hacia la bahía y pudo comprobar que les distinguirían si alguien volteaba hacia esa ventana desde alguno de los hoteles cercanos, o desde la playa, y el solo pensamiento la éxito más, mientras el acariciaba sus pechos y apretaba los pezones, el movimiento siguió por varios minutos, las piernas del extranjero pronto empezaron a mostrar signos de cansancio y la bajo dándole la vuelta y empinándola sobre la protección del balcón, sus pechos colgaban con gracia mientras su culo se ofrecía al macho, que la insultaba y le llamaba puta y cosas así en dos o tres idiomas.
Los insultos que le profería sonaban en la cabeza de Gabrielle de manera lejana, como si no se dirigieran a ella, pero sabía que si eran para ella, y los disfrutaba, algo que nunca pensó que ocurriría, por primera vez en su vida disfrutaba… tener sexo desenfrenado… estar cogiendo por el placer de hacerlo… las embestidas continuaron con mayor ímpetu y antes de que Ed eyaculara ella terminó en un rico orgasmo.
En los estertores de su reciente primer orgasmo no escucho cuando llego un compañero de cuarto, Pat, otro joven alto y castaño se acercaba con naturalidad. Edward se dirigió al recién llegado en alemán si quería disfrutar de su putita, entonces rápidamente puso su pene en la boca de la chica y le obligo a que se lo chupara, Gabrielle ya estaba agotada y jamás había chupado una verga, estaba un poco asustada y apenas atino a abrir la boca, en ese instante sintió que por atrás era penetrada nuevamente por la vagina, comenzó a excitarse, el impulso del que estaba atrás hacia que chupara mejor al que estaba en su boca, el goce se prolongó por varios minutos y nuevamente se vino en el mejor orgasmo de su vida al tiempo que sentía que su boca se llenaba de semen mientras el que estaba atrás también terminaba inundándola en su concha.
Gabrielle quedó exhausta, se relamió el semen de la cara, con paso cansado se dirigió a recoger su ropa, se colocó las prendas y salió como autómata de la habitación dejando atrás dos hombres satisfechos en las tumbonas completamente extenuados, tomo un taxi a su hotel a pesar de ser solo unas cuantas calles entrando a su habitación con una amplia sonrisa.

EPILOGO…
Han pasado ya un par de semanas, Gabrielle al acordarse se excita y se masturba mientras lee el mensaje que ha puesto en una página en Internet: "Busco amo o ama que sepa entrenarme para ser una buena esclava, tengo poca experiencia pero me excita ser insultada, humillada y exhibida. Entréname por E-mail y después conocernos, tengo los recursos para viajar durante el verano a cualquier país".


Autor Ed Art
(Basado en una historia real)

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