Erase una vez en las lejanas tierras de Sodoma, un Rey de carácter duro y temperamento fuerte, que había heredado el trono del reino tras la muerte de sus padres, a sus 36 años aún no había tenido esposa pero si muchas doncellas que iban tras el título de reina, sin embargo ninguna había sido la indicada, pues lo que nadie sabia era que el Rey Maximus guardaba un oscuro secreto.

Un día llegó a su palacio como era costumbre una delegación procedente de un pueblo vecino, eran 8 empleados y un noble caballero que ostentaba el título de Lord, era un hombre joven pero valiente, reconocido por siempre defender al desvalido.

La cena transcurrió entre canticos, vinos y deliciosos alimentos preparados para darle la bienvenida a Lord Caspian, al terminar la velada todos fueron a sus habitaciones, pero su majestad no, este no se percató que Lord Caspian tampoco lo había hecho y estaba vigilandolo de cerca.

En el extremo más alto del castillo había una torre que se encontraba aislada del palacio ya que años atrás había sido usada como cuarto de torturas para los detractores del rey, había sido sellada cuando el Rey Arthur, tatarabuelo de Maximus, había ocupado el trono, pues él había sido un hombre bondadoso que en lugar de castigar a sus detractores los educaba como esclavos.

Lo que nadie sabía era que desde hacía 4 años esa torre se había abierto nuevamente y era usada en toda su extensión.

Máximus desde niño había sido educado por los mejores maestros, sacerdotes e incluso hechiceros, fue gracias a ellos que un día Maximus conoció a Maquiavelo y Sade, gracias a ellos Maximus descubrió en un LIBRO su verdadero ser.

Alina era una mujer de rizos negros y profundos ojos verdes, su tez pálida era el contraste perfecto para la luz de los candelabros que iluminaban la torre, donde vivía hacia ya 4 años, una antigua sala de torturas era su hogar y su fuente de placer.

Maximus y Alina se conocieron por casualidad en un baile de máscaras, la química fue inmediata, ambos al verse supieron que pasarían la noche juntos, pero lo que Maximuss vio al desnudarla lo dejo perplejo. Largos surcos marcaban la espalda de Alina y sus muslos estaban totalmente inundados de cicatrices causadas por diferentes elementos; Alina también había leído a Sade.

Muy pronto las visitas se hicieron periódicas, ambos confesaron sus secretos y sus fantasías, y llegaron a un acuerdo, Alina visitaría al Rey a menudo y le serviria como él deseará pero anteponiendo siempre el CONSENSO.

Después de un tiempo Alina le entregó su alma, cuerpo y vida a ese hombre para que dispusiera de ella como mejor le pareciera, y eso era lo que sucedía en esa torre.

Maximus abrió el candado de la puerta y retiró las oxidadas cadenas, entró y encontró a Alina vestida como siempre, con una tunica de fina seda blanca que había mandado a bordar en francia con hilos de oro y perlas en el pecho, sólo eso y un collar de terciopelo rojo era lo que tenía permitido vestir su preciosa esclava.

Al sentir su presencia, Alina se postró a sus pies y lo saludo, Buenas noches Mi Amo, agradezco su presencia, él frío pero profundamente agradecido por tan valiosa entrega, le acarició la cabellera y sin dudarlo la agarró fuerte para llevarla hasta la cruz de San Andres que enmarcaba la pared del frente.

Desde afuera Lord Caspian escuchaba los profundos gritos de la esclava, sin comprender en ningún momento lo que sucedía, con el valor que siempre lo acompañaba tomó la DECISIÓN de entrar y enfrentarse con su espada a cualquier cosa que sucediera en esa torre.

FIN

Título: El misterio de la torre
Autores: Paulina San Juan y Doryoku