Siempre fui catalogada como una muñeca cuando niña, porque me cuidaban demasiado, no podía ensuciarme, ni despeinarme, ni comer dulces o cosas asi. Tenia que estar perfecta todo el tiempo. Y asi fue hasta que me hice mayor.
Decían que era como una muñeca de azúcar mascabado, porque mi piel era color canela dorado, tenia el pelo negro, los ojos color vino. Cara de niña, pero el cuerpo desarrollado como mujer, el busto mediano pero las caderas amplias, piernas torneadas y fuertes, las cuales, en un ataque de rebeldía, me tatué.
Un dia mientras iba al colegio, conocí a Julien.
Estaba yo esperando el tren que me llevaría, recuerdo que traía en las manos un libro de Maria Sibylla Mérian, quería estudiarlo un poco para hacerme ameno el trayecto. Llevaba un vestido corto color rosa pastel, tobilleras blancas y zapatos negros de escuela. El pelo suelto y mis audífonos puestos. Estaba leyendo atentamente cuando el tren frenó bruscamente y me arrancó el libro de las manos y fue a parar debajo del asiento frente a mi. Me levanté a recogerlo y me disculpé con la persona que estaba ahí...
- Una disculpa...
- No hay ningún problema.- Me dijo una voz masculina, juvenil pero profunda.
Levanté los ojos y lo vi: Era un joven alto, delgado, de piel blanca, se le divisaban algunos tatuajes, en las manos, sus brazos y uno que otro en su pecho, llevaba una playera blanca, jean color miel, tenis y una bolsa grande color camello. En las manos llevaba un libro de Haruki Murakami.
Nos sentamos juntos y me dijo después que mejor lo acompañara a su departamento, que se encontraba una estación después de mi colegio. Después de unos segundos, tomé la decisión de acompañarle.
Caminamos fuera de la estación un par de cuadras y llegamos. Subimos a su departamento...
- Quieres beber algo?
- Si, claro... Pero aun no me has dicho tu nombre...
- Soy Julien. Vamos a la tienda.
Fuimos y compramos unas cervezas. Fue por un par de vasos a la cocina, y las sirvió ahí. Cogió uno y me dio el otro a mi. Platicamos unos instantes, y después de un rato, extendió la mano, y vi que tenia su nombre tatuado en su mano...
- Ah! Si te llamas así...
- Cometí esa pequeña arrogancia... Enchantè!!
Después empezamos a besarnos pero, noté que me cogía muy fuerte el pelo, el cuello, y las manos por detrás de la espalda...
- No va a pasar nada que tú no quieras... Todo es bajo tu consenso...
- Sigue.- le dije con la voz un poco cortada
Fuimos a un cuarto que el tiene donde únicamente había un cuadro, era un retrato suyo, a lápiz, enmarcado, un espejo a cuerpo completo, y había una caja roja grande.
Sacó un antifaz color negro y me lo puso sobre los ojos, y sobre éste una venda.
Me puso una mordaza que tenia un aro en medio...
- De rodillas, extiende tus manos mostrando la palma, sobre tus rodillas, y la cabeza baja...
Lo hice. De inmediato sentí mucho ardor y calor en las palmas. Al medio mover los dedos, me di cuenta que era cera derretida. Me desvistió rápidamente, dejando solamente mi ropa interior. Un sostén blanco de encaje, cachetero a juego, y las tobilleras blancas. Mi vestido y mis zapatos los había retirado. Después, derramó de esa misma cera en mis muslos, más en mis manos, pecho, llegando a apilar mucha cera en mi piel. Después de eso sentí que retiraba la cera pero no supe con que. Luego de eso, quita mi sostén, dejando mi espalda descubierta. Me hace ponerme a gatas y derrama cera en mi espalda y, posteriormente, con lo que sentí, era un flogger, quito las trazas de cera de mi espalda. Luego de quitar toda la cera, mas o menos, con 75 azotes, me retira la venda, el antifaz y la mordaza.
Me enseña una paleta de madera, que decía "Le Roi Julien" y me dijo:
- Cómo cuántas nalgadas aguantas?
- A mano varias. Con eso no lo sé...
- Probaremos tesoro...
Me empieza a dar nalgadas a mano primero...
- Te daré 100 nalgadas a mano para prepararte. Cuéntalas. Si no las cuentas repetiré desde el principio hasta que cuentes, entendido?
- Si Julien..
- No. Se dice "Si Sr Julien" no me tutees ahorita.
- Si Sr Julien.
Las conté perfectamente y en voz alta. Nunca me habían dado tal tratamiento pero aun asi, no me disgustaba. Me encantaba sentir su mano azotando mis nalgas.
Después dice que empezaremos con 10 ya usando la paleta. Son muy fuertes los golpes que da con ella pero los aguanto y los cuento victoriosa. Después 20, luego 30, luego 40, asi hasta llegar a 100 azotes con ella.
Por ultimo dice que haremos un poco de orgasmo forzado. No entiendo el término. El parece darse cuenta y me dice...
- Es delicioso, debes probarlo tesoro...
Me ata las manos por detrás de la espalda, me recuesta, separa mis piernas y las ata de modo que queden dobladas, pone un magic wand sobre mi vagina y primero fue rico... Se sentían las deliciosas vibraciones, acabe deliciosamente concentrándome en la mirada de Julien. El sonreía maliciosamente mientras yo me concentraba en sus ojos o en sus tatuajes. Se sonreía solo mientras bebia de una botella de cerveza.
Después del segundo orgasmo empece a desfallecer, me faltaba fuerza para gemir, mis fluidos seguían saliendo y saliendo, pero mi clitoris estaba muy sensible, dolorido e hinchado. Empece a suplicarle que ya me lo quitara y solo se reía diciendo...
- Dos mas y te lo quito!! Jajajaja
"Lo odio por hacerme esto" pensé. Pero a la vez me encantaba lo que me hacia Julien. Cuando empece a casi desmayar, me lo quito, besándome las partes torturadas por la cera, por el magic, las cuerdas. Me desata despacio, me ayuda a levantar y me sonríe complacido. Después me da un beso francés delicioso y me dice...
- Linda y buena chica. Te mereces un premio...
Regresa y me da una paleta de hielo y su libro de Murakami.
- La paleta es una golosina que te obsequio por portarte tan bien. El libro es para que te acuerdes de mi. Tu decidirás si vuelves a verme o no, sea cual sea tu decisión, yo estaré encantado de volverte a ver, mi querida Cathy.
En ese mismo instante decidí, seguir en esta travesía con Julien. Con consensos o no, seré suya cuantas veces guste, por el hecho de iniciarme en este bello placer...
Tuya
Catherine
Título Tesoro
Autora: Dolly Haze