Llego la noche y el Señor Yoss estaba un poco estresado por el trabajo, así que decidió salir al bosque a dar una vuelta para relajarse. No sé qué paso pero perdió la noción del tiempo y del espacio y sin él darse cuenta estaba en un camino desolado, empezó a preocuparse y a caminar cada vez más rápido hasta que de pronto encontró una cabaña muy bonita pero a la vez pequeña. Tocó la puerta con el ánimo de que alguien le diera ayuda. Salí yo, muy joven y linda, tenía una cara de princesa y su cabello era como el oro; estaba vestida con ropa transparente, ligueros, ropa interior muy sensual y diminuta, también tenía puesta una capa roja que dejaba ver el fuego que yo llevaba por dentro.
Me contó lo que sucedía, pero le dije que tendría que quedarse aquí a dormir, ya que era muy tarde y los caminos eran muy peligrosos para regresar. Aceptó y pasó, le invité a un café y lo conduje hacia la habitación donde él tendrá que descansar.
Hacía mucho calor en la cabaña así que él optó por dormir desnudo, pero después de unos minutos que estaba acostado empezó a escuchar mis ruidos, mis gemidos, creo que se preocupo y salió muy lentamente hacia el lugar de donde salían los ruido, yo lo sentía en cada paso que daba, y ¡Oooh,sorpresa! era mi habitación. Logró ver entre la puerta entre abierta, donde yo estaba despojada totalmente de mi ropa interior y vio que un lobo me estaba poseyéndo, era un lobo grande, y ojos azules que deslumbraban, de inmediato se imaginó a caperucita con el lobo feroz.
Yo estaba al filo de la cama con las piernas totalmente abiertas mientras el lobo me penetraba con su verga muy roja y enorme, con una rapidez que no dejaba que yo reaccionara. Yo, gemía de placer hasta que el lobo logro soltar toda su leche dentro de mí con lo cual terminó la escena caliente. Yo, solo suspiraba de tanto placer que me había dado y se quedé como muerta en la cama, y él pensaba y observaba, mientras el lobo lamia mis jugos que dejaba salir de su vagina.
Nuevamente siento y veo el reflejo del Sr. Yoss, veo como se fue rápidamente a su habitación para que no lo viera, muy tarde yo estaba atenta a todo, estaba con la verga totalmente parada y dura, se que fue muy voyeurista, pero deje la puerta entre abierta porque quería que me viera como me usaba de divino mi hombre, se que él quería masturbarse, ya que lo que había visto era algo grandioso, pero de pronto abrí la puerta sin avisar, y el pensó: es caperucita totalmente desnuda
Entonces me dijo: que él era muy curioso y que no debió haber mirado, pero como ya no hay marcha atrás él tendría que hacerlo mejor que el lobo.
Empecé a chuparle la verga, ya que la vi dura, con la delicadeza de una princesa, metía sus bolas en mi boca y al mismo tiempo le movía el culo en forma de perra para que entendiera el mensaje.
Luego me puse sobre la cama y empezó el trabajo de él; me besó todo el cuerpo empezando por el cuello, entreteniéndose un poco en mis tetas duras, luego me besó toda la espalda hasta que no soporté más y le pedí a gritos que me la metiera toda, se había convertido en esa noche en mi voyeurista feroz, me encantaba como usaba de una manera brusca, sádica pero sensual.
Levantó mis piernas sobre sus hombros y muy lentamente empecé a meterme su verga grande y dura por el culo, que estaba deseoso de ser penetrado, así pasamos un buen rato, el Sr. Yoss me usaba de una manera exquisita, me nalgueaba, me mordía la espalda, me pellizcaba los pezones y los estiraba hacia atrás, mientras yo me movía cual perra lujuriosa y sedienta por su macho alpha, llego el momento en que noto que no puede más, quería eyacular, me volteo, me sujetó de las manos y me eyaculo en la cara, mientras me ordenó relamer cada gota de se semen que estaba en mi rostro, yo feliz de complacerlo, recogía con la lengua y mis dedos cada gota de su semen, que tenía un sabor exquisito, un toque dulzón y nada pegostoso.
El Sr. Yoss se fue a la ducha, se vistió, ya eran las 5 am y era hora de volver a casa, yo me levante que esta estaba aun arrodillada saboreando aquel exquisito momento, me dirigí a la baño, me lave mi sexo, la cara y me vestí para acompañarlo a la puerta y mostrarle el camino que debía tomar para regresar nuevamente a su casa..
Momento de la despedida, de aquel hombre alpha, el voyeurista feroz... Llego por detrás y me tomo del cuello, y se ha despedido de mi con par de nalgadas y me dijo que quiera que se repitiera de nuevo esta escena, pero él es casado y no sabe como volver a llegar hasta mi cabaña, de igual manera le dije que le contara a su esposa lo sucedido anoche, cosa que me eriza la piel solo de pensar que le dirá que estuvo con una mujer desconocida y que chupe su verga como me dio la gana, ¡Zas! voló mi imaginación, luego, me di media vuelta, solo sonreí y le señalé el camino que debía tomar para regresar a casa.
El voyeurismo es mi pasión.
La imaginación en erección.
Autora: Akira Pecosita Dottoll