Cuando ella abrió los ojos no había en su cuerpo nada más que un collar negro, de piel, grueso pero estético, con una pequeña placa plateada en la que de un lado se leía 'Mía' y del otro 'Yoss'. Se levantó de la cama y se miró al espejo: marcas de la noche anterior por toda su piel.
Pasó lentamente las yemas de sus dedos sobre los pequeños moretones en sus senos, pequeñas marcas de mordidas, algunas líneas que delatan el lugar en que se habían posado las cuerdas y un ligero escalofrío la recorría al pasar sobre los pezones que habían sido dulcemente torturados con un par de pinzas.
El resto del cuerpo tenía más líneas de cuerdas y algunas mordidas: brazos, muñecas, abdomen piernas, cada centímetro le recordaba el dolor y el placer que había experimentado la noche anterior. Pero lo que más le gustaba era ver en su trasero, ver cómo su color había cambiado a una mezcla de rojo y morado gracias a la pala y a las manos de su Señor, y más que eso resaltaban las pequeñas líneas que se convertían ya en bordos sobre las que paseaba sus dedos: la huella inigualable de la vara que la había azotado; algunas marcas llegaban a sus muslos.
Mientras recorría sus marcas notó que comenzaba a mojarse, su coño y su culo comenzaban a palpitar al tiempo que sus senos se endurecían y sus pezones se levantaban.
Sabía que no podía hacerlo sin el permiso de su Amo así que decidío distraerse, tendió la cama y se dio un baño, uso un poco de pomada en su trasero y crema humectante en todo el cuerpo; se perfumó, se peinó y buscó en su cajón: Su Amo había pedido que usara un conjunto negro de brasier y cachetero con ligueros y medias negras lisas; todo el conjunto era de transparencias con algunos listones y moñitos; zapatillas negras muy altas y, por supuesto, su collar.
Cuando su amo llegó ella ya le esperaba, deseosa de darle placer y obedecer sus órdenes.
Yoss entró, ella estaba hincada con las manos sobre los muslos y la mirada baja. El Amo tomó su barbilla y levantó su cara: Abre; saco su miembro de su pantalón y se lo metió en la boca; "Chupa".
Y poco a poco Mía logró levantar y endurecer el pene de su Amo, chupaba, lamía y succionaba con deseo y devoción. Yoss la tomó del pelo y comenzó a follar su boca con violencia, algunas lágrimas salían de los ojos de Mía, que estaba más que excitada. 'No te pudes venir todavía' dijo el Amo y sacando el pene de su boca término sobre su cara, ella trago lo que cayó en su boca y dejó escurrir el resto sobre su rostro. El Amo Yoss la tomó del cabello y la levantó hasta hacer que cayera boca arriba sobre la cama, le esposó las manos al frente, le vendó los ojos y le ordenó abrir las piernas y comenzó a acariciarla y masturbarla: metió un par de dedos en su vagina, luego otro más y, con paciencia y calma logro meter toda su mano, Mía gemía de placer y le suplicaba a su Amo que la dejara llegar pero no obtuvo el permiso.
El pene del Amo estaba duro de nuevo, hizo que la chica se pusiera en 4 'como la perra que eres' y la penetró de una sola embestida por el culo, llegando hasta adentro, haciéndola gritar "Por favor, Amo Yoss, déjeme terminar".
Sí, lo harás junto conmigo; y al tiempo que el culo de Mía se llenaba del caliente esperma de su Amo, un delicioso squirt salía de su vagina salpicando los zapatos de Yoss; se oyó un grito de ambos: de placer y satisfacción. Yoss admiró como escurría su esperma por las partes de Mía, miró las marcas en su piel, le dio una nalgada. Mía giró, se puso de rodillas y limpió el pene de su Amo con lengua; le agradeció y se recostaron juntos en la cama.
Autora: Julieta A.