Aún recuerdo el día que tuve la oportunidad de estar frente a frente y charlar un poco, ahora con una sonrisa revivo ese momento; la emoción y nervios que sentía al grado de no saber ni que decir; es uno de los días el cual no olvidare al igual que hoy.
Estoy absorta en esos recuerdos cuando una vocecita me susurra ya es hora llegaras tarde, enseguida reacciono y dispongo a arreglarme; cubro cada parte de mi cuerpo con crema y mientras lo hago no puedo evitar sonreír pícaramente al imaginar cómo me veré con ese atuendo qué he elegido especialmente para este día, lo combinó con una lencería en un tono rojo qué consta de una diminuta braga a juego con un corset y para poner el toque sexi lo complemento con el ya famoso liguero. Terminó de arreglarme y me aseguró que todo esté en su lugar desde el calzado hasta el cabello están impecables.
Salgo de casa y mientras camino no puedo evitar sentir las miradas sobre mí al instante me siento cohibida de sólo imaginar que las personas pueden ver mi ropa interior pero después sacudo esos pensamientos y me siento la mujer mas sexi de la Tierra al mismo instante que repite en mi cabeza sólo soy suya, suya. Suena mi teléfono y es un mensaje de su parte dándome indicaciones; así que al llegar al sitio acordado preguntó por usted a la señorita que se encuentra en recepción y ella me entrega un pequeño paquete con una tarjeta en la cual me indica el número de habitación también contiene un antifaz para cubrir mis ojos antes de entrar, subo apresuradamente y hago lo que se me ha indicado.
Cuando escucho que la puerta se abre inmediatamente percibo un olor a canela están exquisito y embriagante al igual que la música de fondo. Siento como se eriza mi piel cuando al oído me dice bienvenida mi querida Aytana, su voz es muy varonil justo como la recordaba. Enseguida me hace pasar en el ambiente se percibe sensualidad, deseo, misterio. Coloca una copa con vino en mis manos y brindamos por este encuentro.
Al calor de ese exquisito vino nos besamos al mismo tiempo que usted se deshace del antifaz y mi vestido y justo cuando eso sucede no puedo evitar sentirme feliz al ver en su cara el resultado de la impresión que quería provocar; me admiró y me dijo lo bella que lucia.
Enseguida me ato a una silla, encendió una vela y se coloco frente a mi, puso pinzas en mis pezones me retorci por la punzada que sentí y el frío metal; derramó la cera sobre mis pechos, cada gota que caía sobre mi era una dulce y muy placentera tortura, me encontraba sumergida en ese mar de sensaciones; cuando de repente sentí su flogger sobre mi piel y su escozor tan peculiar del mismo, hubo un poco más de otras prácticas y el plus que sólo lo conservaré para nosotros dos.
Finalmente decidimos salir a caminar y tomar algo para posteriormente despedirnos obviamente no sin antes decirle gracias por este día Señor Yoss.