Tres preguntas para iniciar:
- ¿Existe un protocolo en el BDSM?,
- ¿Si existe quien lo tiene?,
- ¿Cada practicante puede tener su propio protocolo?
Mis respuestas: Si, Nadie, No.
Tratando de explicarlas brevemente
El protocolo es el conjunto de comportamientos que identifica y da cohesión a un grupo de personas de interés afines, estos comportamientos (en el sentido más amplio del término) parten de un proceso de culturización, es decir entre otros de sus producciones literarias, obras plásticas, discursos teóricos, reglamentos administrativos y legales, cuya adopción en el tiempo por un número creciente de personas le dan estatus de usos y costumbres identificables.
Dependiendo de la incrustación en la cultura y el número de adeptos, el protocolo de una práctica toma formas más definidas, se robustece y ratifica, desarrolla ceremonias, etiquetas, símbolos que si bien siempre podrán ser entendidos subjetivamente su existencia no es tan discutible.
Una persona que se ha estudiado la historia del BDSM, ha leído literaturas, asiste a reuniones, difícilmente podría dudar de la existencia del protocolo y el origen por el ejemplo del “anillo de 0” la ceremonia del collar, el contrato, las posiciones de una sumisa, no digo que deba aceptarlo o practicarlo, pero no sería correcto descalificarlo.
Dado lo anterior y tocando la segunda respuesta, es ingenuo preguntar ¿quién lo tiene? ¿dónde está? o ¿quién lo escribió?, obvio no hay un documento o tabla entregada en un monte, ni esta al resguardo de una secta de iluminados, es algo que está entre líneas de esas producciones culturales mencionadas, por lo que la única forma de conocerlo, compréndelo y practicarlo si caer en la repetición vacía es “culturizarse”.
Evidentemente el pilar del protocolo BDSM está en aquellas conductas y símbolos que resaltan la relación asimétrica de poder, tales como el saludo, los accesorios, la disposición al servicio etc.
Por qué digo que no es tan posible que cada quien tenga su propio protocolo, como ya comente este es resultado de años de trabajo social vertido en sus registros, por lo que sería a mi parecer más que soberbio que alguien diga que invento el suyo (debió de haber escrito novelas, leídos por muchos seguidores… ni modo 50s forma parte de nuestra cultura) y muchas veces más que interpretaciones son solo copias de estos comportamientos ya reconocidos, tomando lo más conveniente y fácil de ellos.
No digo que el protocolo sea la única verdad o que sea inmutable, claro que ha cambiado y seguirá haciéndolo, surgirán nuevos rituales, pero hasta que sean tan claros como el “SSC” no puede considerarse parte de este constructo cultural.
Reitero que no sugiero que deba seguirse a pie juntillas todo lo que se lee, pero debe tenerse cuida de descalificar algo de lo que no se sabe sus orígenes, solo por el sentido común.
Vale decir que otra cosa que interrelacionan con el protocolo son las ceremonias, rituales y la etiqueta, estas responden a un fin más bien organizativo y estetico de un evento que a la filosofía de la práctica, pero ese será otro tema.